Un grupo de genes vincula a las células tumorales circulantes del cáncer de mama a las metástasis cerebrales














Un grupo de genes distingue a las células tumorales circulantes asociadas con la metástasis cerebral del cáncer de origen primario en mama, informan investigadores.[1]"La aplicación de las pruebas en las células tumorales circulantes puede servir clínicamente como un método de tamizaje para la detección de la enfermedad cerebral.
micrometastásica, posiblemente complementando a la resonancia magnética, en particular en casos en los cuales la resonancia magnética no muestra evidencia de metástasis cerebrales del cáncer de mama", señaló por correo electrónico a Reuters, el Dr. Dario Marchetti, del Houston Methodist Research Institute, en Houston, Estados Unidos.
Utilizando una metodología de 3 pasos, el equipo del Dr. Marchetti identificó una población distinta de células tumorales circulantes en pacientes con cáncer de mama, las cuales diferían de las células del grupo de mujeres sanas (control).
Las células tumorales circulantes en las mujeres con enfermedad avanzada difieren de las 31 muestras tomadas de mujeres con cáncer de mama primario, con 29.758 genes con regulación a la baja y 1.972 con regulación al alta, indicativas de una baja actividad transcripcional generalizada en las células tumorales circulantes, de acuerdo con el informe en versión electrónica del 4 de agosto en Nature Communications.
"Las pacientes con metástasis cerebrales del cáncer de mama tuvieron dos veces alta expresión de Ki67 en las células tumorales circulantes, mientras que las pacientes sin metástasis cerebrales del cáncer de mama tuvieron baja expresión de Ki67 en 60% de las células tumorales circulantes", expresó el Dr. Marchetti. "Nos parece sorprendente que la detección de un único marcador de las células tumorales circulantes, como el Ki67, pueda actuar como un predictor del potencial de metástasis cerebral del cáncer de mama de inicio".
Un análisis posterior identificó un grupo de 126 genes que distinguía a las pacientes con metástasis cerebrales del cáncer de mama, de aquellas sin metástasis.
Este grupo de genes se asoció con una regulación al alta de la actividad del receptor Notch, la activación de anotaciones funcionales celulares asociadas con las metástasis a distancia, y un aumento de citocinas proinflamatorias, redes inmunomoduladoras y factores de crecimiento mitógenos.
Además, el grupo de genes no compartía características con los 51 genes que distinguen a la enfermedad positiva o negativa a receptores de estrógenos.
"En el presente estudio no solo confirmamos que las células tumorales circulantes asociadas con las metástasis cerebrales del cáncer de mama tienen una mayor activación de la señalización Notch, en línea con los informes anteriores de nuestro laboratorio, sino también hemos ampliado nuestros hallazgos", señalan los investigadores. "Descubrimos nuevas vías inflamatorias e inmunomoduladoras que pueden desempeñar papeles relevantes en la evitación inmune impulsada por las células tumorales circulantes y la reactivación mitótica. La relevancia de estos mecanismos de señalización en términos del cáncer inactivo y el desarrollo de metástasis cerebrales debe ser confirmada por futuros estudios de validación".
"La extensión y/o aplicación de estos descubrimientos sobre las células tumorales circulantes puede fomentar el desarrollo de pruebas para las células tumorales circulantes aplicables a la clínica para: 1) detectar metástasis cerebrales del cáncer de mama en su etapa temprana; 2) formular terapias específicamente dirigidas a metástasis cerebrales del cáncer de mama; y 3) evaluar la eficacia de estas terapias en tiempo real y su evolución con el tiempo (vigilancia longitudinal)", señaló el Dr. Marchetti por correo electrónico.
El Dr. Adrian Wiegmans, del QIMR Berghofer Medical Research Institute, en Herston, Australia, quien recientemente revisó los métodos para identificar las poblaciones de las células tumorales circulantes, manifestó a Reuters: "Las células tumorales circulantes deben ser fuertes para sobrevivir la disociación de la masa tumoral principal, y el transporte en la circulación para llegar al sitio secundario, en este caso, el cerebro. Es interesante que exista un silenciamiento génico transcripcional en las células tumorales circulantes, con una regulación a la baja en 93,4% de los genes que cambiaron, apoyando la hipótesis de que la fortaleza de las células tumorales circulantes proviene de ser metabólicamente más latentes, y resistentes a la muerte celular por señalización".
"Asimismo, la fuerte evidencia que define un estado de reposo en las células tumorales circulantes tiene implicaciones terapéuticas dirigidas a estas, ya que la mayoría de las quimioterapias se basa en diferenciar entre la proliferación observada entre las células oncogénicas, y las células normales", indicó el Dr. Wiegmans.
"Es muy difícil tratar las metástasis", agregó el médico. "Las células tumorales circulantes representan la capacidad de plantar un tumor secundario, y de acuerdo a la base en que se establece la reactivación mitótica bajo las señales de un microambiente extraño, las metástasis básicamente resultan en un cáncer diferente".

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